El 30 de septiembre de 2015 Argentina lanzó al espacio el satélite de comunicaciones geoestacionario ARSAT-2, que es operado por la empresa estatal argentina AR-SAT y fue construido por la empresa argentina INVAP.
ARSAT-2 es el segundo satélite completamente financiado, desarrollado y ensamblado en Argentina, con trabajo de técnicos y científicos argentinos. También la mayoría de las piezas del satélite fueron fabricadas en Argentina.
ARSAT-2 es el sucesor de ARSAT-1, el primer satélite argentino de estas características, que fue lanzado el 16 de octubre de 2014. Estos satélites convirtieron a Argentina en uno de los ocho países del mundo con capacidad para producir sus propios satélites geoestacionarios.
Ambos satélites ofrecen un amplio rango de servicios de telecomunicaciones, transmisión de datos, acceso a internet, telefonía y televisión pero, a diferencia de ARSAT-1, que sólo cubre el territorio de Argentina y países vecinos, ARSAT-2 alcanza a todo el continente americano.
ARSAT-1 es utilizado además para los cajeros automáticos ubicados en zonas remotas de Argentina, así como también en escuelas rurales y otros sitios a los que no es posible acceder a través de la fibra óptica.
La construcción de estos satélites tomó cinco años e implicó una inversión de USD 280 millones en el caso de ARSAT-1 y 250 millones en el caso de ARSAT-2.
Se espera que estos satélites potencien a la industria argentina de generación de contenidos audiovisuales, que ahora pueden ser exportados directamente a través de satélites argentinos. Argentina produce actualmente cerca del 60% de los contenidos audiovisuales de habla hispana.
Contexto
En 2006 el gobierno argentino creó ARSAT (Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima) con el objetivo de mantener las dos posiciones orbitales en el espacio asignadas a Argentina por la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Las autoridades consideraron que ARSAT debía elevar la base industrial del país a la frontera del desarrollo tecnológico satelital y decidieron que, en lugar de importar los satélites del mercado internacional, dicha compañía debía adquirirlos de empresas argentinas.
La única alternativa disponible era INVAP S.E, una compañía tecnológica de la provincia de Río Negro dedicada a la construcción de reactores nucleares que también había venido incursionando en el desarrollo de satélites.
En 2008 ARSAT firmó contrato con INVAP para el desarrollo de ARSAT-1, bajo la condición de que los derechos sobre el diseño pertenecerían a ARSAT. Durante el año 2010 comenzó a desarrollarse el satélite.
Si bien INVAP adquirió de proveedores extranjeros algunas piezas como los motores de propulsión y paneles solares, más del 50% de las partes fueron desarrolladas localmente, al igual que todo el diseño, integración y testeo.
Esto permite un control total de la tecnología utilizada para el satélite sin la necesidad de recurrir a ningún tipo de asistencia extranjera, lo cual es clave desde el punto de vista de la seguridad nacional.